Los beneficios de la risa. La risa se ha clasificado como una de las 24 fortalezas personales y se considera una de las actividades que más favorecen el bienestar subjetivo. Desde la medicina se la contempla como una terapia complementaria por los beneficios fisiológicos y psicológicos que comporta. Mientras que el humor es un estímulo y se puede producir sin risa, la risa se considera una emoción/respuesta y puede ocurrir sin humor.
Una investigación publicada en Revista de Psiquiatría y Salud Mental que profundiza en el beneficio de las emociones positivas y la salud reseña que éstas mejoran la forma de pensar, se relacionan con el estado de salud al aportar un mayor bienestar, una mejor calidad de vida e influyen en la supervivencia. Y de regalo, mejora la capacidad de enfrentarse a las adversidades.
Los autores del trabajo, Ramón Mora Ripoll e Isabel Quintana, recogen en un estudio sobre Risa y terapias positivas: moderno enfoque y aplicaciones prácticas en medicina que una persona optimista es la que interpreta que sus contratiempos están causados por circunstancias externas, específicas, superables y pasajeras, mientras que las pesimistas, por el contrario, piensan que la causa es interna y personal, general y permanente.
El estudio indica que el optimismo no implica la negación de la realidad ni la evitación de los problemas y desde la psicología se aboga por un optimismo flexible e inteligente, que se adapte a los estados de alerta necesarios para encarar diferentes situaciones. Los expertos observan que el optimismo incide en la salud y la calidad de vida, palía el sufrimiento y el malestar, determina la manera de afrontar el estrés y la ansiedad y lleva asociados hábitos de vida más saludables, de hecho hay estudios que lo relacionan con la longevidad.
En esta misma cara de la vida, la literatura biomédica considera la terapia de la risa como un conjunto de técnicas terapéuticas mente-cuerpo que conducen a un estado o un sentimiento controlado de desinhibición. Los autores indican que la risa es «universalmente» bien tolerada y que sus efectos secundarios son muy limitados, aunque hay que tener precaución con pacientes operados recientemente, cardiopatías o glaucoma. La receta es tres minutos de carcajadas en una sesión de terapia de veinte.
Los autores del trabajo, Ramón Mora Ripoll e Isabel Quintana, recogen en un estudio sobre Risa y terapias positivas: moderno enfoque y aplicaciones prácticas en medicina que una persona optimista es la que interpreta que sus contratiempos están causados por circunstancias externas, específicas, superables y pasajeras, mientras que las pesimistas, por el contrario, piensan que la causa es interna y personal, general y permanente.
El estudio indica que el optimismo no implica la negación de la realidad ni la evitación de los problemas y desde la psicología se aboga por un optimismo flexible e inteligente, que se adapte a los estados de alerta necesarios para encarar diferentes situaciones. Los expertos observan que el optimismo incide en la salud y la calidad de vida, palía el sufrimiento y el malestar, determina la manera de afrontar el estrés y la ansiedad y lleva asociados hábitos de vida más saludables, de hecho hay estudios que lo relacionan con la longevidad.
En esta misma cara de la vida, la literatura biomédica considera la terapia de la risa como un conjunto de técnicas terapéuticas mente-cuerpo que conducen a un estado o un sentimiento controlado de desinhibición. Los autores indican que la risa es «universalmente» bien tolerada y que sus efectos secundarios son muy limitados, aunque hay que tener precaución con pacientes operados recientemente, cardiopatías o glaucoma. La receta es tres minutos de carcajadas en una sesión de terapia de veinte.
Martes, 15 de febrero de 2011. / Levante / PILAR G. DEL BURGO LUGAR/AGENCIA
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