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martes, 22 de mayo de 2012

¿Qué es una bursitis?

De la cabeza a los pies, tu cuerpo tiene multitud de articulaciones de diferentes formas y tamaños. Muchas de ellas tienen algo en común cerca de la zona de la articulación: un saco hecho a su medida lleno de un fluido denominado líquido sinovial, que amortigua los movimientos y la presión. Estos pequeños amortiguadores se denominan bolsas sinoviales. Bursitis es el término que se utiliza para describir la inflamación o irritación de una bolsa sinovial. La bursitis se puede producir a raíz de un golpe directo o de movimientos articulares repetitivos (como el saque en el tenis).

Cuando se irrita una bolsa sinovial, sea por un golpe directo o porque la articulación más cercana realiza repetidamente el mismo movimiento (como el saque en el tenis), puede producirse una bursitis. También puede desarrollarse una bursitis cuando el cuerpo tiene que modificar el equilibrio o el movimiento para adaptarse a las diferencias; por ejemplo, cuando una persona tiene una pierna más larga que la otra.


Bursitis en la articulacion del hombro

¿Dónde se producen las bursitis?

Dolor en el traseroLa bursitis, sobre todo en los adolescentes, suele ser una lesión relacionada con la práctica deportiva, habitualmente debida al uso repetido de determinada articulación o a un traumatismo provocado por un golpe directo en los deportes de contacto. Pero la bursitis no afecta solo a los deportistas. También puede estar provocada por otros problemas, como la artritis o una infección bacteriana de la bolsa sinovial.

Estas son algunas de las partes del cuerpo donde los adolescentes tienden a desarrollar bursitis más frecuentemente:
  • Codo. Puesto que el codo desempeña un papel fundamental en muchas actividades, como lanzar una pelota o golpearla con una raqueta, la bursitis de codo es una de las más frecuentes en los adolescentes.
  • Rodilla. La bursitis de rodilla puede estar provocada por una caída sobre la rodilla o cualquier actividad que implique estar mucho tiempo arrodillado.
  • Cadera. La bursitis de cadera se suele asociar a lesiones sufridas al correr.
  • Hombro. La bursitis de hombro puede estar provocada por algo tan simple como una caída en mala postura o por algo tan complicado como una lesión en el manguito de los rotadores (un grupo de tendones que protege el hombro).
  • Tobillo. Cuando se salta, corre o camina en exceso, se puede desarrollar una bursitis de tobillo. El mero hecho de llevar un tipo inadecuado de calzado para practicar determinada actividad puede provocar una bursitis de tobillo.

¿Cómo se detecta una bursitis?

La bursitis puede provocar diversos síntomas:
  • Dolor y sensibilidad en o alrededor de una articulación. Este es el síntoma más frecuente y evidente de que una persona puede tener bursitis.
  • Dificultad para mover la articulación afectada. Esto ocurre porque la bolsa sinovial está inflamada, lo que dificulta el movimiento de la articulación.
  • Enrojecimiento de la piel. La bolsa sinovial inflamada puede provocar un cambio de color en la piel que hay alrededor de la articulación.
  • Quemazón. La irritación de la bolsa sinovial puede provocar ardor en la piel circundante y hacer que esté más caliente que de costumbre.

¿Cómo se trata la bursitis?

La mayoría de las veces que tengas bursitis, probablemente podrás tratártela en casa.

La clave del éxito del tratamiento en casa reside, como ocurre con muchas otras lesiones, en el reposo. Aparte de mantener en reposo la articulación o parte del cuerpo afectada, para que te remita la bursitis, prueba lo siguiente:
  • El efecto del hielo. El hielo se debe aplicar en la parte afectada por la bursitis mientras el área inflamada esté caliente al tacto. El hielo se puede aplicar varias veces al día durante 20 minutos seguidos como máximo. El hielo también ayuda a reducir la inflamación que puede acompañar a la bursitis.
  • El efecto del calor. Aplicando calor en la articulación cuando haya dejado de estar caliente al tacto, se puede aliviar el dolor. Igual que con el hielo, no apliques calor sobre el área afectada durante más de 20 minutos seguidos.
  • ¡Arriba! Elevar una articulación inflamada por cualquier motivo puede ayudar a reducir la inflamación. Esto también es aplicable a las bursitis. Si es posible, eleva la articulación afectada para que esté por encima del nivel del corazón.
  • Prohibido ejercer presión. Evita someter la articulación afectada a fuertes presiones, pues eso solo agravaría la bursitis en vez ayudar a curarla.
  • Y unas pastillitas. Los medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno, también pueden ayudar.

Cómo evitar las bursitis

Por lo general, la bursitis puede estar provocada por un fuerte impacto en una articulación o por haberla sometido a un entrenamiento excesivo, y a veces estas lesiones son inevitables. Pero hay algunos consejos que puedes seguir para evitar las bursitis:
  • Mantente en forma. Hacer ejercicio regularmente fortalece los músculos y las articulaciones, lo que ayuda a proteger contra las bursitis.
  • No te pases de la ralla. Los excesos son malos, de modo que no fuerces demasiado las articulaciones cuando entrenes.
  • Empieza y termina las sesiones de entrenamiento adecuadamente. Una de las mejores formas de evitar las bursitis es hacer ejercicio correctamente. El calentamiento y el enfriamiento son dos partes fundamentales de una sesión de entrenamiento y nunca te las deberías de saltear. Empezar a hacer ejercicio y dejar de hacerlo de forma gradual es menos estresante para las articulaciones y para el cuerpo en general.
  • Haz estiramientos. Los estiramientos no solo ayudan a mejorar la flexibilidad sino que también son útiles para evitar las bursitis.
  • Combina actividades. Sea rotando los ejercicios mientras haces pesas o tomándote un respiro mientras practicas una actividad agotadora, seguro que tus articulaciones te lo agradecerán.
  • Mejor bien almohadillado. Utiliza cojines cuando te sientes en sillas metálicas o de madera y rodilleras cuando te arrodilles en suelos de madera dura o de cemento para reducir el riesgo de desarrollar bursitis. Asimismo, evita ejercer mucha presión o cargar mucho peso directamente sobre las articulaciones.
  • Mantente en movimiento. No te quedes sentado sobre el trasero, arrodillado o apoyado sobre otras articulaciones durante largos períodos de tiempo. Aunque solo sea durante breves minutos, levántate y muévete.
Si te das cuenta de que determinada actividad te provoca bursitis, deja de practicarla y habla con tu médico o entrenador sobre métodos más seguros.

Si practicas algún deporte, sé consciente de la posibilidad de desarrollar bursitis. La mejor forma de evitarlas es utilizar el equipo y las técnicas adecuadas. Si en el pasado tuviste bursitis por llevar un calzado deportivo que no era de tu número o alguna otra prenda del equipo deportivo que no era de tu talla, sustitúyelas por otras que te vayan bien.

Fuente: kidshealth.org