MENU Etiquetas

martes, 4 de diciembre de 2012

0

Quiste de Baker


 

 El quiste de Baker o quiste poplíteo, es una masa de tejido blando localizada en la cara posterior de la rodilla, la cual se llena con líquido gelatinoso proveniente de la articulación de la rodilla. Se ubica con mayor frecuencia del lado interno y posterior de la misma. Se producen por una debilidad de la membrana sinovial que recubre la articulación de la rodilla,  generando una “hernia” de la articulación.




  Desde el punto de vista histológico se clasifican en:

- Fibrosos: tienen una pared limitante definida y una superficie interna lisa brillante.

- Sinoviales: tienen una pared gruesa (2 a 5 mm), es menos brillante.

- Inflamatorios o Transicionales: Tienen una pared muy gruesa (mas de 5 mm) y su consistencia es blanda.

 

En los niños, la molestia inicial es una masa en la región posterior de la rodilla (hueco poplíteo). Generalmente en niños pequeños, no se observan otros síntomas como rigidez o dolor local, aunque en adolescentes si se presentan. La masa aumenta de tamaño cuando la rodilla esta en hiperextensión y desaparece cuando la rodilla esta en flexión. La masa es dura, firme y se puede evidenciar con la transiluminación (colocar una luz fuerte sobre la masa, evidenciándose la presencia de material líquido).

 

Es de suma importancia revisar con gran detenimiento la articulación de la rodilla, con la finalidad de buscar signos sugestivos de sub luxación o artrosis. El diagnostico se realiza cuando se examina al niño, la madre refiere que en ciertas ocasiones, sobre todo después de actividad física esta de mayor tamaño, al levantarse es pequeña y aumenta su tamaño durante el día. Se debe realizar un Rx de la rodilla, donde se evidenciara el aumento de los tejidos blandos y la presencia de una masa de densidad liquida. El ecosonograma ayuda a delimitar los bordes del mismo. La Tomografía axial computarizada y la Resonancia Magnética Nuclear señalaran con claridad si el quiste tiene densidad liquida, define la relación con el resto de las estructuras y orienta sobre el grosor de la pared del quiste.

 

El tratamiento inicial es Observación, ya que el quiste generalmente tiende a desaparecer, hay que explicarle a los padres la naturaleza de la lesión y que no existe posibilidad de malignización, en trabajos de investigación se ha determinado que aproximadamente el 80% de los quistes desaparecen en el transcurso de 2 a 3 años, en caso de que la masa crezca de manera importante, que limite la actividad del niño o que comience a presentar dolor, la indicación quirúrgica no tiene discusión. No se recomienda aspirar el quiste o la infiltración con esteroides debido a que con estas técnicas siempre tiende a reproducirse.

 

Fuente: tuortopedia.com

0 comentarios:

Publicar un comentario